Por: Carola Pozo Cortez

Así suelen llamarla porque las pinturas de los muros de este templo católico tal cual sucede con la capilla del Vaticano le han valido dicha denominación.

Salvando las enormes diferencias, los frescos de esta iglesia no dejan de asombrar.

Donde se encuentra

La Capilla se encuentra en el poblado aymara de Curahuara de Carangas, ahí muy cerca del nevado Sajama, en la Provincia de Oruro, Bolivia. Sí, así como lo lees.

Fue edificada por los jesuitas a principios del siglo XVII con el fin de adoctrinar a la población. Sus conocidos frescos fueron pintados con motivos religiosos, algunos rústicos e ingenuos, cubriendo gradualmente todo su interior. Manos nativas, artesanos y artistas, plasmaron su arte contrastando el blanco austero de la luz con el interior en sombras dándole riqueza la amalgama de colores allí perpetuadas.

Sus paredes se imponen en la nave central larga, alta y a la vez angosta. No deja de impresionar cómo se cubrió cada espacio de las paredes. Abundan allí figuras, flores, aves e inclusive motivos geométricos.

Pero sobre todo destacan las escenas que muestran el relato de episodios bíblicos como “El Arca de Noé”, “Adán y Eva”, “El Juicio Final”, “Oración en el Huerto” o “Los cuatro evangelistas”.

Es digno de destacar que estas piezas artísticas se encuentran muy bien conservadas gracias al clima frío de la zona.

Al margen de disfrutar de esta singular obra de arte, no se puede obviar el paisaje que circunda a la Capilla Sixtina de los Andes, allí en Curahuara de Carangas, hacia el horizonte se divisa el pico más alto de la región: El Sajama, nevado que se encuentra a 6.542 m en la Cordillera Real y ascendido por primera vez el 4 de Octubre de 1939 por Wilfrid Kühm y Josef Prem.