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13 julio 2011
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Por: Carola Pozo Cortez
Tito Flavio Vespaciano inauguró en el año 80 este anfiteatro, más conocido como Coliseo por la cercanía de una colosal estatua de Nerón. Construído sobre 3.357 metros cuadrados, daba cabida a 50.000 espectadores, ávidos de carreras de cuadrigas, naumaquias y luchas de gladiadores y fieras.
Mientras que entre los grupos más ricos y poderosos crecía el lujo y la ostentación de la riqueza, los habitantes empobrecidos de la ciudad recibían pan y circo. El Estado repartía trigo como alimento y organizaba espectáculos para entretener a los desocupados.
Un gran estadio
El anfiteatro, o unión de dos teatros, fue una innovación arquitectónica romana. La construcción del Coliseo requirió diez años de duros trabajos, Mide 49 m. de altura y su perímetro exterior alcanza los 517 m. Los tres pisos inferiores, apoyados obre arcos, conforman un gigantesco pasillo abovedado. Es uno de los íconos más conocidos de Roma.
Detalles
Puertas numeradas
En el perímetro del Coliseo se abrían 80 puertas. Unas fichas con información detallada ayudaban a los espectadores a encontrar sus graderías y asientos.
· Estructura
Unos cimientos de 12 m sujetan los pilares -80 de ellos, sobre los que descansa la fachada, son de mármol travertino -. Las galerías interiores est+an formadas por arcos y bóvedas.
· Estilos superpuestos
Las columnas embebidas combinan tres estilos: en el primer nivel, dórico; en el segundo, jónico; y en el tercero, corintio. El resultado final dotó de gran belleza al recinto.
· Palco del emperador
Estaba situado en la primera gradería, al sur. Los nobles romanos y los ciudadanos acomodados ocupaban el resto de los asientos, que eran de mármol hasta la tercera gradería.
· Entoldado
Los 240 palos de la fachada exterior debieron sostener un velarium, para proteger del sol a los asistentes. Se cree que era extendido por marineros de las flotas acantonadas en Roma
· Graderías altas
Las mujeres, los esclavos y los extranjeros se ubicaban en la cuarta y quinta graderías. Los asientos eran de madera, para no sobrecargar la estructura del edificio.
· Vomitorios
Estas salidas en las graderías permitían desalojar el aforo máximo del Coliseo –unos 50.000 espectadores – en apenas tres minutos. Sus antepechos evitaban las caídas
· Arena
La pista de arena garantizaba la absorción de la sangre derramada. Por debajo discurría un laberinto de galerías, de 6 m. de profundidad, que alojaba a las fieras y los gladiadores.
· Cuevas de las fieras
Eran 38 cavidades practicas en el último muro de la elipse central. Las fieras aparecían en la misma arena mediante rampas abatibles o poleas y montacargas.
· Pasadizo de gladiadores
Por aquí accedían los luchadores, desde un túnel subterráneo que comunicaba con la escuela de gladiadores anexa – la Ludus Magnus, la mayor de Roma
· Escaleras
Partían desde las galerías concéntricas de la planta baja hasta las graderías superiore. Se supone que había carteles para orientar a cada estamento social.
· Configuración interna
El corte muestra la disposición de las arcadas abovedadas internas, que estaban construidas con hormigón romano, ladrillo y piedra.
Acontecimientos
· Lucha entre fieras
En las sesiones matinales, las fieras salvajes: leones, osos, toros, leopardos, rinocerontes, hipopótamos, tigres…, eran azuzadas entre sí con agujas y fuego.
· Naumaquia
Consistía en un vistoso simulacro de una batalla naval. Un entramado de canalizaciones subterráneas convertía en pocos minutos la arena de la pista en un lago artificial.
· Cuádrigas
Las carreras fascinaron a emperadores como Calígula y Nerón. Los aurigas, de pie, látigo en mano y con las riendas en la cintura, tenían que dar 7 vueltas a la pista.
· Los gladiadores
Los gladiadores podían ser profesionales, voluntarios, convictos o prisionero de guerra. Entrenados en escuelas, se enfrentaban en el Coliseo contra fieras o bien por parejas o grupos equilibrados, divididos en perseguidores – con espada y escudo -, reciarios – con red tridente o jabalina – o “enemigos de Roma” – con el arsenal pesado correspondiente -. Admirados durante el Imperio, tras los combates el emperador decidía su gracia, pulgar arriba, o muerte, pulgar abajo.
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