Por: Carola Pozo Cortez
Nunca había visto un erizo tan pequeño. ¿Tu habías visto alguno como en las imágenes?
Observa detenidamente y estoy segura que pensaras y sentirás lo mismo que yo, sin detenerte a pensar que en algún momento sería imposible tocarlo siquiera debido al pelaje defensivo que tiene.
Ternura es lo que siento al ver a este pequeño animal que no es más grande que un dedo.
Este artículo está acompañado de una historia / fábula. ¿Lo leemos?
LA FÁBULA DE LOS ERIZOS
Durante la Edad de Hielo, muchos animales murieron a causa del frío. Los erizos dándose cuenta de la situación, decidieron unirse en grupos, ya que de esa manera se abrigarían y protegerían entre sí.
Pero había un pequeño problema, las espinas de cada uno herían a los compañeros más cercanos, quiénes maravillosamente ofrecían más calor, por tal motivo y a su pesar, se vieron forzados a alejarse unos de otros y al no recibir tibieza o calor alguno empezaron a morir congelados.
Sin embargo, el más anciano de todos pensó "si morimos todos también muere toda nuestra especie y eso no podemos permitirlo, los que aún quedamos vivos debemos pensar alguna solución para que esto no ocurra.
Uno de ellos, el más listo e inquieto, preocupado por lo que le estaba ocurriendo a toda su especie pensó que sólo unidos podían salvarse.
Dependía de ellos y la situación exigía una urgente una elección, o aceptaban el roce de las espinas de sus compañeros o desaparecían de la Tierra.
Con gran sabiduría, decidieron volver a estar juntos y de esa forma aprendieron a convivir con las pequeñas heridas que la relación con otro ser cercano de su especie , podía ocasionar.
Lo más importante era el calor que irradiaba el cuerpo del otro, y eso significaba la salvación y el mantenimiento de la especie en la faz de la tierra. Así pudieron sobrevivir.
Moraleja de la historia
La mejor relación no es aquella que une a personas perfectas, sino aquella en la cual cada individuo acepta la diversidad y aprende a vivir con los defectos de los demás, pero admirando y también aceptando sus cualidades.
Unirse ante la adversidad enseña a generar más fuerza y encontrar el camino que lleva a la solución de dificultades.